Aunque los franceses no son exactamente conocidos por su simpatía, un nuevo café ubicado en Niza decidió basar sus tarifas siguiendo un principio muy particular: se le cobra más a los clientes maleducados que a aquellos que tratan bien al personal.
El Petite Syrah Café aclara en la puerta de qué manera se establecen los precios, postulando, por ejemplo, que si un cliente entra y pide “un café”, se le cobrará algunos euros más que si entra y pide “un café, por favor”. El verdadero ganador es quien ingresa y dice “buen día, un café, por favor”, ya que recibe un descuento especial por simpatía
Tanto los clientes como los que trabajan en el bar admiten que es una excelente manera de llevar un negocio. Por un lado, los clientes pueden comer y tomar algo a un precio muy bajo y, por el otro, el personal asegura que se genera un muy buen clima de trabajo.
Periodismo
yo ya conocía a quien (hablo de aquí) cobraba más a clientes que no deseaba que regresaran ya que tenía un precio mínimo y otro máximo sellado pero es que esta cafetería parece que pretende no que no haya groseros en el local si no tampoco mal educados, además esto es en terraza según parece

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